🎄 ¿En qué momento el espíritu navideño se convirtió en una prueba olímpica de autocontrol?
Empieza con una vela del Adviento (una, solo una), y termina con nosotras negociando con la vecina por WhatsApp para que te recoja los paquetes, juzgando a otras madres en silencio y rezando para que alguien nos diga qué demonios quiere de regalo 🎁.
Porque sí: queremos ser buenas cristianas, pacientes, luminosas…
Pero también somos humanas. Y la Navidad nos pone a prueba 😇🔥.
👉 Traducción doméstica:
Mientras tú piensas en valores, tradición y magia, también estás calculando:
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Si, el calendario de adviento es demasiado simple 😬
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Si, otras madres se están pasando (siempre hay una)
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Si, tu hijo se va a traumatizar porque tu Papá Noel trae menos que el del vecino
📊 Dato real: Estudios sobre “holiday stress” muestran picos de ansiedad en madres entre 30 y 45 años durante diciembre. No es la Navidad. Es la gestión navideña.
Quieres vivir el Adviento con recogimiento…
pero el niño abre la ventanita 12 el día 3 y tú sientes que has fallado como madre y como cristiana.
Las otras madres
No es envidia.
Es comparación involuntaria patrocinada por Instagram 📱.
—¿De verdad hacen galletas caseras todos los días?
—¿Ese belén tiene iluminación LED?
Recuerda: “La maternidad en Navidad no se vive, se compara.”
Llega un momento en que tienes que silenciar los grupos de WhatsApp también, eso amiga mía, es autocuidado 🎧.
Nos han vendido que la Navidad debe ser mágica. Cuando debería ser amor, agradecimiento. ¿Magia?
Pero nadie nos dijo que la magia la producimos nosotras… agotadas, con ojeras y buena intención.
Colocas el Belén con la devoción de quien sabe que si falta una oveja, el universo se desequilibra.
El Niño, San José, la Virgen… todo correcto. Respiras. Paz interior durante exactamente 7 segundos.
Hasta que miras el calendario.
📆 18 de diciembre.
El árbol sigue medio desnudo, las luces están en una bolsa imposible de desenredar y tú fingiendo que es minimalismo nórdico.
📞 Suena el teléfono. Es tu madre.
—“¿Vamos viendo el menú de Nochebuena?”
Y entonces lo recuerdas todo a la vez, como una revelación divina pero sin gloria:
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Que hay que decidir si el solomillo se hace al horno o al infierno
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Que aún no sabes qué ponerte ni ponerles para la comida de Navidad
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Y que deberías hacer un detallito para los compañeros… porque cómo no vas a llevar nada 😇
Frase para enmarcar:
“La Navidad no llega poco a poco: llega toda junta, un martes por la mañana.”
🧠 Traducción científica: multitarea emocional elevada a arte barroco 🎭.
Quizá este año la verdadera revolución sea no hacerlo todo.
Respirar. Reírnos. Soltar la comparación.
Y recordar que el espíritu navideño no se mide en regalos ni en decoración, sino en no perder la cabeza… o al menos perderla juntas ❤️🎄.
👉 Si te has sentido identificada, compártelo.
👉 Si te has reído, guárdalo.
👉 Si te has enfadado un poco… también es buena señal 😉
Pero lo conseguiremos, no lo dudéis.

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