El mundo se ha vuelto loco… y yo solo quería ver la vuelta

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Opinión de una ama de casa que ya no entiende nada

¿De verdad vivimos en una sociedad que aplaude el caos y condena la defensa propia?🤯 



Como sabéis no soy política, ni analista internacional, ni nada de eso. Soy una mujer normal, madre, esposa, cristiana, que hace la compra, lava calcetines y prepara cenas mientras sueña con tener cinco minutos de paz.


Pero últimamente miro el telediario y… no entiendo nada.


Veo cómo mueren cristianos todos los días a manos de islamistas radicales y el mundo… callado, indiferente, como si no pasara nada.


Y, en cambio, cuando un país se defiende de actos de una crueldad tremenda, medio planeta se rasga las vestiduras.


Vamos a ver si hasta Disney nos lo enseña con ese amor que hay ahora por los villanos y sus problemas de niñez. Y yo opino que es una realidad:  “No todo el que se defiende es el malo. Y no todo el que grita tiene la razón.”


Y lo que de verdad me deja patidifusa, con la boca abierta, es otra cosa: manifestantes bloqueando eventos deportivos, destrozando calles, insultando y tirando abajo lo que muchos jóvenes construyeron con años de esfuerzo.


Gente que quizá jamás ha entrenado un solo día seguido, arruinando el momento más importante de la vida de deportistas que han sacrificado su infancia, sus fiestas, sus rodillas, todo… por ese instante, que además no tiene ninguna repercusión en nuestro país.


Veo a políticos satisfechos con estos actos impropios de un país civilizado, en el que el deporte es la cultura de la paz, pues une a pueblos y tiende puentes.


Perdóneme Sr. Presidente, pero no puedes pedir un mundo justo pisando los sueños ajenos.


Y encima, lo hacen en el Reino de España…


Sí, en el Reino de España, donde parece que ahora hacer ruido y destrozar las ciudades es más importante que el deporte y todo lo que nos aporta.


Porque seamos sinceros: la mayoría de esas protestas ni siquiera tienen relación real con el Reino de España. Solo buscan titulares, caos y atención en redes.


Mientras tanto, las madres seguimos aquí, enseñando a nuestros hijos que si quieren ganar, deben hacerlo a través del esfuerzo, no gritando, ni rompiendo cosas, ni fastidiando los sueños de otros.


Porque perdona si me repito, pero...  Si necesitas destruir para que te escuchen… es que no tienes argumento, es solo ruido.


¡Amigas! Vivimos en una sociedad minada de borregos histéricos. Y eso, es lo que más me asusta: ver a tanta gente siguiendo cualquier causa "social" que lanza una vividora, que la única que sale beneficiada es ella, por la repercusión que obtiene en los medios.


Y ya no es eso, lo que me aterroriza de verdad es el ambiente de pre-guerra que hay últimamente a nivel mundial.


¡Si! A veces me siento como una extraterrestre viendo cómo la histeria colectiva se premia y el sentido común se esconde.


Sabes que me encanta vichear estudios y resulta que después de los acontecimientos de 2020 y las correspondientes vacunas, se realizaron varios estudios sobre comportamiento de masas y en ellos se confirma que el cerebro humano tiende a imitar al grupo para sentirse seguro, aunque el grupo esté completamente equivocado. Y vaya si lo estamos…


No sé tú, pero yo quiero que mis hijos vivan en un mundo donde el esfuerzo valga la pena, donde defenderse no sea pecado, y donde se pueda aplaudir a un deportista sin que alguien lo ponga en peligro y les roben sus sueños.


Porque la esperanza no debería ser rehén de la histeria.


Recuerda una cosa que decía mi vecino Pepe:  “El sentido común no grita, pero siempre tiene la razón.”




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