¡Hola Sukis!
Qué maravilla para los oídos oír que tu hijo piensa que eres un PLASTA, literalmente, pero en el fondo quiere que sigas así... 👪💖
Ese momento en el que todo lo que tus padres hacen parece molestar 😤. ¿Te suena?
Los adolescentes suelen pensar que sus padres son unos auténticos pesados. Pero, aunque no lo admitan (¡y mucho menos lo digan en voz alta!), esos límites que les ponemos, esos horarios que tanto odian, y esa eterna insistencia en "haz esto" o "no hagas lo otro" les aportan seguridad 🛡️.
¿Por qué parecen tan pesados?
Para todos los jóvenes, los padres pueden parecer un auténtico control remoto: siempre están controlando. Que si "llega a las 10", que si "estudia más", que si "apaga esa consola". Pero, en realidad, esos límites son una forma de demostrar cariño y cuidado ❤️. Y aunque a veces les frustren, ¡en el fondo les tranquiliza saber que alguien está al mando! Es como cuando vas en coche 🚗: a veces te gustaría ser quien lleva el volante, pero al final te sientes mejor sabiendo que hay un adulto manejando todo.
"Mis padres no son tan guays como los de mis amigos"
A veces, tu hijo puede ver que otro adolescente tiene padres que parecen más "guays": más permisivos, menos estrictos. Y aunque eso puede parecer lo ideal, la realidad es que esos mismos adolescentes pueden echar de menos unos padres que pongan límites. ¿Por qué? Porque en el fondo, todos necesitamos un poco de estructura y protección para no sentirnos perdidos en este caos que es la adolescencia 🌪️. Un poco de "pesadez" de los padres puede ser lo que los mantenga con los pies en la tierra.
¿Por qué aún necesitan nuestra protección?
Aunque se quejen de que les sobreprotegemos o que no los entendemos, los adolescentes aún están encontrando su lugar en el mundo 🌍. Las decisiones importantes de la vida (como a qué dedicarse, cómo gestionar relaciones, o qué valores seguir) aún están por definirse. Y ahí es donde entramos los padres. A pesar de todo, ellos necesitan saber que estamos ahí para apoyarlos, incluso cuando no nos lo pidan. Saber que hay alguien a quien recurrir cuando las cosas se ponen difíciles les da una seguridad que no encontrarán en ningún otro lado.
Sí, los adolescentes se quejan y nos tachan de pesados, pero en el fondo les gusta que estemos pendientes 👀. Así que, aunque a veces parezca que no valoran nuestros esfuerzos, sigamos poniendo esos límites con amor.
Porque, aunque no lo digan, necesitan sentir que les estamos cuidando. ¡Ser un padre "pesado" tiene su encanto! 😉