Europa se moderniza… pero las calles vuelven a oler a miedo. ¿Retrocedemos en nombre del progreso?
Vivimos en una sociedad donde la palabra “tolerancia” se ha convertido en escudo y en trampa.
Las madres, cada vez más, sentimos que no podemos permitirnos ni un segundo de distracción. ¿Y por qué? Porque las calles ya no son seguras. Porque los que deberían protegernos miran hacia otro lado. Porque el discurso buenista ha anestesiado el sentido común.
Según datos de Interior, los delitos con arma blanca entre jóvenes han aumentado un 33% en los últimos tres años. Las agresiones sexuales entre adolescentes, también. Pero el silencio institucional pesa más que los titulares.
Se criminaliza a quien levanta la voz, y se protege más el relato políticamente correcto que la vida de nuestros hijos.
Lo más preocupante no es que haya delincuencia. Siempre la ha habido. Lo alarmante es que, en demasiadas ocasiones, los agresores tienen un patrón común, y eso incomoda decirlo. Porque no se trata de racismo —y hay que decirlo claro—, sino de supervivencia.
El problema no es el origen, es la incompatibilidad de valores. Muchos de estos jóvenes no vienen a integrarse, sino a imponer. No quieren convivir, quieren dominar. No adaptan sus costumbres: exportan las suyas como si Occidente fuera una tierra por colonizar.
Este fin de semana, entre amigos de ideologías opuestas —sí, uno de cada palo—, hubo un punto de unión: “Esto no puede continuar así.” Y lo más demoledor fue darnos cuenta de que la justicia ya no protege, que el miedo ya no distingue de izquierdas ni derechas, y que estamos regresando peligrosamente a esa mentalidad de "ojo por ojo" porque el Estado nos ha abandonado.
¿Y sabéis qué da miedo? No solo los apuñalamientos a nuestros hijos o las violaciones a nuestras hijas. Da miedo ver cómo callamos por miedo a ser etiquetadas de intolerantes, mientras la intolerancia hacia nuestras costumbres crece sin freno. 😢
¿De qué sirve ser progresista, si tus ideales protegen a quien no respeta tus libertades?
¿De qué sirve el buenismo si perjudica a tus propios hijos?
¡Amigas! A veces ser buenos, nos hace vulnerables, y eso es más peligroso que una guerra en sí misma. Algo decía mi abuelo que no era ninguna tontería: "el orden, los límites y la disciplina es lo que nos lleva a la paz".
🗣️ Ya no hablamos de ideología, hablamos de instinto de madre. ¿Tú también sientes miedo por tus hijos cuando salen de casa? ¿También crees que se nos está yendo de las manos?
Comparte tu experiencia, comenta, y sobre todo no te calles. Si esto te removió por dentro, es hora de hablar alto y claro. 💥