A veces, hace falta un apagón para ver lo que realmente importa⚡✨
¡Hola, amigas! ¿Volviendo a la normalidad?
Ayer, un apagón eléctrico dejó a gran parte de España sumida en la oscuridad durante horas. Sin previo aviso, nos vimos desconectadas de la tecnología, del ruido constante y de las rutinas que damos por sentadas.
En mi caso, la falta de electricidad me obligó a detenerme. Sin internet, sin televisión, sin distracciones, me encontré cara a cara con el silencio y conmigo misma. El aburrimiento de mi hijo hizo que conectará al 100% con él. La noche llegaba y encendí unas velas, en una zona rural como la mía, no es algo inaudito, pues pasa muy amenudo, pero esta vez, era diferente, estabamos desconectados totalmente, y la oscuridad del campo se hizo patente. Y por primera vez en mucho tiempo, me senté a conversar con mi familia sin interrupciones digitales.
Este inesperado paréntesis me hizo reflexionar sobre cómo la tecnología, aunque facilita nuestra vida, también puede alejarnos de lo esencial: la conexión humana, la introspección y la presencia plena.
¿Qué lecciones me deja el apagon? 💡
Redescubrí el valor de la conversación: Sin pantallas de por medio, las palabras fluyeron con autenticidad.
Aprecié la simplicidad: Una cena a la luz de las velas se convirtió en un momento mágico.
Conecté conmigo misma: El silencio me permitió escuchar mis pensamientos y emociones sin filtros.
Valoré la resiliencia: Afrontar la incertidumbre me recordó la importancia de adaptarse y encontrar luz en la oscuridad.
🙌 ¿Y tú, qué descubriste en la oscuridad?
Este apagón nos brindó una oportunidad única para reflexionar sobre nuestras prioridades y la forma en que vivimos. ¿Te sucedió algo similar? A parte de tener claro que tienes que tener una linterna y pilas en el cajón ¿Qué aprendiste de esta experiencia?
Estaré encantada de leer tus pensamientos y vivencias en los comentarios. Lo mejor de todo esto, es descubrir que unidas, podemos encontrar luz en los momentos más inesperados.