Sukis os cuento...
Porque esto es de peli dramática navideña nivel "lloros a lo Titanic" 🤦♀️
Resulta que Papá Noel este año no se leyó bien la carta y claro ya os podéis imaginar la que se lía en casa con los peques 😭🎅 pero ¿qué hacemos cuando los sueños infantiles chocan con la realidad de nuestra cartera? os doy mis truquis que aquí ya me tocó ser mamá psicóloga y maga todo en uno 🪄👩👧👦
Primero paciencia respira hondo y aguanta el chaparrón que claro para ellos es como si el mundo se acabara y tú no quieres echar leña al fuego 🔥 abrázales fuerte y diles algo como "oye entiendo que estés enfadado yo también me pondría así si me pasara, cuéntame qué sientes". 🫂 Esto es clave porque a veces solo necesitan que alguien valide su mini corazoncito roto ❤️
Luego vamos al plan B que es hacer equipo con ellos yo le decía: "vamos a escribirle una nota a Papá Noel para que sepa lo que ha pasado igual ha habido un error en su fábrica mágica y lo solucionamos el próximo año". ✏️🎄 Esto les calma un montón y mientras tanto podéis buscar una actividad divertida juntos como construir algo con lo que tengan o inventar juegos eso les distrae y les hace sentirse especiales sin necesidad de juguetes nuevos.🧩✨
Y si el tema es económico amigas tranquilidad porque lo importante no es el juguete sino el momento hay opciones low cost que pueden flipar como una búsqueda del tesoro con pistas por la casa o una tarde de manualidades para crear "su propio juguete único" 🎨🪁 es cuestión de darle magia a lo que ya tenemos sin presionarnos demasiado porque Papá Noel hace lo que puede pero las mamás somos las verdaderas heroínas 🦸♀️🌟
Sukis, os cuento algo más personal para que veáis que todas hemos pasado por momentos así. Mi hijo ya tiene 15 años, pero cuando era pequeño, pasamos por épocas en las que la economía no daba para mucho, y claro, Papá Noel y los Reyes Magos no acertaban ni una 🎅🤦♀️. Os podéis imaginar que, como todos los niños, en algún momento pensó que tal vez era porque había sido malo o porque no se lo merecía 💔.
Pero su padre y yo nos pusimos las pilas para que no se quedara con esa idea en su cabecita. Le hacíamos ver que la vida era mucho más que esos sueños de juguetes y que había otras formas de conseguir lo que quería. Por ejemplo, trazábamos planes divertidos juntos para lograrlo durante el año, como ahorrar en una hucha especial o hacer trueques con amigos. Transformábamos esos momentos en aprendizajes y juegos 🎲💡.
La esencia es que, con amor, paciencia y un poco de creatividad, conseguimos que creciera con otra perspectiva. Ahora tenemos un adolescente comprensivo, que sigue soñando pero con los pies en la tierra, y consciente de cómo funciona la economía de casa.
Eso, amigas, no lo cambia ningún regalo bajo el árbol 🎄✨.