España y la deriva autoritaria: cuando el socialismo adopta formas de fascismo 🧭
¡Hola Sukis!
Hoy quiero hablaros de algo que como madre me preocupa, y no es otra cosa que la intolerancia que hay entre los jóvenes.
La pasada semana de la nada, un compañero de clase de mi hijo lo llamaba fascista. ¡Por la cara! (Según mi niño, lo cogeré con pinzas..). Mi hijo de 15 años se sintió mal, porque él solo sabe que esa palabra es mala ya que la asocia a Hitler.
Y lo gracioso de esto es que dice, "sabes lo que veo, que todo el mundo lleva un fascista y un dictador de izquierdas dentro". ¡Amigas! Que me pude reír. Porque no llevaba falta de razón.
Entonces le explique lo ignorante que podía llegar a ser la gente. Ya que no leían ni estudiaban temas de interés y rigurosidad como en mis tiempos. Y hablaban por hablar...
Porque seamos sinceras, la historia y el pasar de los tiempos nos ha demostrado una y otra vez que los extremos ideológicos, aunque sean contrarios (o eso nos quieran vender), todos tienen un mismo punto en común: El Autoritarismo. ¡Si, querida!
Aquí donde lo ves, el Fascismo y el Socialismo han compartido prácticas políticas (aunque no discursos) sobre todo cuando su objetivo único y común entre ambos es el mismo: mantener el poder a toda costa. En ese momento ya no les importa el pueblo y sus ideas.
Y hoy, cada día y cada vez más voces nos advierten que España no está ajena a esa lógica de mimetización.
¡No te asustes! Aunque formalmente sigue siendo "una democracia", el Reino de España muestra señales inquietantes de lo que podríamos llamar un fascismo posmoderno, enmascarado con una retórica progresista.
No te hablo aquí de uniformes, himnos o campos de concentración, eso son señales muy evidentes del pasado, sino de formas suaves de represión, concentración del poder y manipulación institucional, envueltas en un discurso inclusivo y popular. ¡Vamos, lo que viene siendo de forma sibilina!
Te explico esa transformación, para que no te pille de sorpresa en el futuro.
🎭 1. El personalismo: de caudillos a líderes carismáticos
Algo que tienen en común tanto los regímenes fascistas y socialistas autoritarios clásicos, es el culto al líder, ¡Sukis! esto era una constante, como ejemplo: Mussolini y Hitler de un lado; Castro, Chávez o Mao del otro.
Hoy en nuestra España pasa algo similar, aunque no existe una figura dictatorial en el sentido clásico, el liderazgo de Pedro Sánchez ha sido acusado de concentrar excesivo poder personal, desdibujando la estructura colegiada de un gobierno democrático. Tomar decisiones unilaterales, hacer pactos opacos y depender de partidos radicales nos muestran un estilo de gobernar basado más en el liderazgo estratégico que en el equilibrio institucional. ¡Y eso cariño, no es bueno!
📺 2. Medios y narrativa: el control del relato
Otra cosa en común tanto en las dictaduras fascistas como en las socialistas, es el control de los medios. De hecho fue esencial para afianzar su poder.
En España, sin llegar a la censura explícita, se ha denunciado el uso partidista de RTVE, el desequilibrio en los órganos reguladores y una creciente presión sobre los medios críticos. Todo esto crea un ecosistema donde la narrativa oficial se impone, y quien la desafía es tachado de "ultraderecha", "antipatriota" o "desestabilizador"... e incluso de "negacionista". ¡Si amiga, todo muy surrealista!
⚖️ 3. La justicia como herramienta política
¡Ahora si deberías temblar un poco! Ya que uno de los elementos más preocupantes en cualquier sistema autoritario es el control del poder judicial. En Venezuela y Nicaragua, los tribunales han sido convertidos en extensiones del Ejecutivo.
En España, el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial y los intentos de reforma que beneficiarían al partido en el poder han generado serias alertas democráticas en el ámbito europeo. Aunque no hay aún control absoluto, ya hay señales de las maniobras que están realizando para debilitar su independencia, es más ha sido noticia en días anteriores. Tenemos que recordar la frase mítica de Pedro Sánchez, "¿De quién depende la Fiscalia? Pues eso".
¿Ves la fina línea que se desdibuja entre una practica fascista y una socialista?
🎯 4. El enemigo útil: polarización y propaganda
¡El componente clave querida! Todos necesitamos un enemigo. Y estos no iban a ser menos. El fascismo y las dictaduras socialistas necesitan muchos enemigos internos para justificar su autoritarismo: "los comunistas", "la burguesía", "el imperialismo", "la derecha fascista".
En España, el discurso político ha girado hacia una retórica de trinchera, (osea recordando la Guerra Civil, que por cierto inició la Izquierda) donde la crítica al gobierno es criminalizada y la oposición demonizada. La idea de que solo hay una “España posible” (la que representa el Gobierno) alimenta una polarización civil, que al final lo que pretende es quebrar los pilares del pluralismo democrático.
Nota: Pluralismo democrático, es sencillamente que todos podamos tener nuestras propias ideas, con respeto a las del resto.
🏛️ 5. Intervencionismo y clientelismo como forma de control
¡Ojo, esto no parece importante! Pero lo es. Porque aunque en España aún mantenemos una economía de mercado, el intervencionismo esta creciendo a marchas forzadas, ejemplos: la regulación de alquileres, incremento abusivo de impuestos excepcionales, subvenciones a dedo y familiares de los políticos que están en el poder...
Todo esto es, sin lugar a dudas un modelo de clientelismo institucional que recuerda al de regímenes populistas. Como en Venezuela o Argentina, el Estado se convierte en un benefactor condicionado donde se premia al leal y se margina al disidente.
🧨 6. La ley como arma política
Y por último y no menos importante, al igual que en los regímenes que nacen prometiendo igualdad y acaban creando nuevos privilegios, la ley en España se adapta al interés del poder.
Amnistías polémicas, reformas exprés, indultos estratégicos y la creación de una legislación diseñada para proteger alianzas parlamentarias son síntomas de una degradación jurídica orientada al control.
🧠 La gran pregunta hoy en pleno siglo XXI es: ¿democracia o ficción democrática?
España aún no es una dictadura. Hasta ahí lo tenemos claro. Pero tampoco es del todo ajena a dinámicas que han definido a los regímenes autoritarios del siglo XX.
La diferencia entre una democracia sana y un autoritarismo disfrazado no es el discurso, sino los hechos y las acciones.
Cuando el poder se cierra sobre sí mismo, instrumentaliza las instituciones y desprecia la discrepancia, ya no importa si se dice socialista, liberal o progresista, lo que queda es un modelo de poder absoluto.
Y ese modelo, aunque venga envuelto en banderas arcoíris o mensajes inclusivos, no deja de tener alma fascista. Y eso querida amiga, si es peligroso.
Ya lo decía Umberto Eco: "el fascismo no es solo una ideología, sino un estilo de gobierno, y ese estilo puede camuflarse bajo muchas formas".
Y sí, creo firmemente en el papel de las madres para proteger la paz, a nuestros hijos y su futuro. Y esto empieza por algo tan sencillo como es conocer nuestra historia, y utilizar el sentido común y la lógica. Puedes ser socialista o liberal, pero todos sabemos reconocer lo que esta bien y lo que está mal.
¡Amigas! Mañana más....